Con juzgados en los que los expedientes hacen simbiosis con las paredes y techos, el traspaso de la Justicia Ordinaria Nacional al ámbito porteño es crucial. Sabemos que es complejo y debe hacerse de forma tal de garantizar la estructura judicial, la obra social, la escala salarial y la amplia competencia que estos juzgados han tenido siempre.
La ciudad creó el Tribunal Superior, el Consejo de la Magistratura, y los fueros contenciosos, contravencional y penal. Este último para atender la transferencia en materia de delitos a cuentagotas que hasta hoy opera en CABA y que en definitiva, si continúa, podría significar la duplicidad de estructuras en materia penal. Así también las cuestiones de familia, no son ventiladas en una justicia local, ni las contractuales, ni la de la actividad comercial. Toda la vida social y económica de la Ciudad pasa por juzgados nacionales que dependen de la Corte Suprema, tanto como instancia de apelación como económica y funcionalmente.
Este traspaso permitiría reformas que los propios jueces demandan, como la oralización del proceso civil, que es mucho más sencillo de debatir en la Legislatura que en el Congreso Nacional, en el que las provincias se preguntan por qué aún hoy tienen que aprobar leyes que afectan solo a la Ciudad. Es obvio que en la CABA hay muchas más chances de aprobarla, de que sea bien recibida y que los legisladores participen de ese debate convocando jueces para escucharlos. Esa inmediatez deseada ya no existe en el ámbito nacional.
La Justicia Nacional goza de prestigio frente a las demás jurisdicciones, aunque es paria en términos de organización republicana, en tanto no es federal, pero depende de la Nación en un territorio con justicia y legislatura propias.
El cambio redundaría en otorgarle un mayor prestigio como la de Nueva York, dejando el limbo de nacional Ordinaria para convertirse en la de la Justicia de la Ciudad, dando a los porteños la posibilidad de apelar ante un Tribunal Superior que pertenece a la Ciudad y que ya se encuentra en funciones. Los juzgados ganarán una mayor independencia, ya que la estructura económica depende del Consejo de la Magistratura, que integran por partes iguales jueces, abogados y legislatura, composición inalterable y fijada en la Constitución. Hoy los fueros Civil y Comercial Nacional cuentan con una infraestructura que temen perder y que cualquier transferencia debería contemplar mantener. Pero en realidad es el tiempo de cuestionar. ¿Puede el Fuero Civil, por ejemplo, con 140.000 causas por año continuar desarrollando su actividad en un sucucho en cualquier edificio de los que les tocó permanecer en Tribunales, con anaqueles que se caen, escritorios contra la pared, pasillos improvisados como oficinas, y colgados en palacio de la red wifi de la Corte?
Depender de la Corte los puso a salvo de los vaivenes políticos del Consejo de la Magistratura, pero al mismo tiempo los ha convertido en kelpers del presupuesto que ejecuta el máximo tribunal.
Al revés fue el destino de la administración en CABA. Los jueces gozan de una infraestructura más moderna. Cualquiera que camine los tribunales nacionales sabe que los juzgados hoy mezclan la nueva gestión vía web con máquinas obsoletas y un sistema que se cuelga.
" Aún cuando la publicación del llamado a licitación no fue hecha, la empresa SEC ya está avanzando con carteles con los que limita el estacionamiento y amenaza con acarreo de vehículos a los vecinos de Barracas”, manifestó Sergio Abrevaya, presidente del GEN C.A.B.A.
imágenes correspondientes a calle Montes de Oca 123/329/427, aportes de @roddelrio
“Si bien la Legislatura aprobó la ley con abrumadora rapidez y dudosa mayoría a fines de noviembre, todavía no se han cumplido los pasos necesarios para restringir el estacionamiento y tampoco para que la empresa SEC se adjudique el espacio”, continuó Abrevaya.
Finalmente, el referente del GEN expresó: “Más allá de manifestarme en desacuerdo con esta ley, debemos recordar que el sistema todavía no entró en vigencia. Con este sistema el 45% de las calles porteñas tendrán estacionamiento medido y muchos vecinos deberán pagar por dejar su auto cuando visiten a un familiar, dejen a sus hijos en el colegio y algunos en la puerta de sus propios hogares”.